Estaba sentada en una mesa, esperando que vinieran los demás de su clase de matemáticas. Al parecer, su irritante profesora los había castigado de nuevo. Por hablar, imaginé.
Cogí una manzana y empecé a pelarla con el cuchillo distraídamente. Luego la corté en trozos y mordí un pedazo.
Me limpié la boca con la servilleta, y me fijé en que había un número de teléfono escrito en él...seguramente alguna chica pretendía impresionar al chico que le gustaba con un pequeño misterio, estaba claro que era una letra de chica. Guardé la servilleta en el bolsillo exterior de la mochila, para fastidiar un poco a la enamorada. Decididamente, el aburrimiento era muy malo.
Saqué la BlackBerry de la mochila, al oír el sonido que me indicaba que tenía un mensaje. Angela me había escrito que estaban castigados otra vez. Sonreí al ver que mi suposición era correcta, y le respondí con un simple "OK".
Me estiré en la silla, estaba muy aburrida.