Lugares para entretenerse. (Tanya y libre )

Me aburría en la casa de los Cullen, todos estaban de caza, así que decidí dar una vuelta por el bosque. Como siempre, el cielo estaba cubierto por un mantos de nubes, antes me sentía claustrofóbica con esas nubes constantes. Pero ahora no me incomodaba tanto, en realidad me sentía muy a gusto. Mis sentidos me ayudaban a disfrutar del entorno. El viento soplando entre los arboles, los cascos de los ciervos, oía completamente todo. Los olores y la vista, son las cosas que me perturbaban más, todo lo que podía oler y ver que antes no podía. Me suelo controlar a menudo, pero algunas veces me distraía por cualquier cosa. Llevaba bastante tiempo caminando por el bosque, ya había perdido la cuenta. Seguía caminando, hasta que oí un ruido extraño seguido por un olor dulzón...

-¿Quien anda ahí?- dije alerta, por la posible amenaza.

Aunque tenia solo 28 días podia salir sola de la casa, aparentaba como una niña de dos años y eso me daba una gran ventaja en mi acelerado crecimiento, Pedí permiso para salir a la tia Rous y me adentré en el pequeño bosque que estaba cerca de la casa , me parecía completamente hermoso y me encantaba respirar ese aire, poco a poco fuí acercandome hasta el efluvio de alguien que estaba dispuesta a dar la vida por mi... mi madre. Fui un poco más deprisa hasta que la pude ver completamente salté a sus brazos y le puse la mano en el cuello transmitiendole todo lo que había pasado en la casa mientras ella habia salido fuera.

De repente una sombra salto hacia mis brazos, era mi pequeña. Note como ponía sus brazos cálidos en mi cuello para decirme lo que había pasado. Ya habían llegado a casa, seguramente habría estado unas cuantas horas fuera de ella. Al parecer Rosalie, le había dejado salir. Renesmee solo tenía 28 días, pero parecía una niño de dos años. Seguramente no me acostumbrare a su crecimiento, crecía tan deprisa, me daba pena y miedo que dejara de ser mi pequeña. Aunque eso, no quitaría el hecho que siempre me preocuparía, seguramente demasiado por ella. En esos días ya me había acostumbrado a todo los demás o a casi todo, su don algunas veces me pillaba desprevenida.

-Hola, mi pequeña- le dije sonriendo-. ¿Quieres seguir paseando conmigo?

Le dije mientras la cogí bien para que no se cayera, pero seguramente podría mantenerse agarrada a mi.

Sentí su cuerpo frio contra el mio, su temperatura corporal no me molestaba en absoluto, la ví un poco preocupada y volví a poner mi peuqeña mano sobre ella -Mami que te pasa? - la miré a sus grandes ojos aunde color rojo luego me acurruqué un poco más entre sus brazos que me tenian sujeta firmemente.

Luego me dijo que si quería que siguiera paseando con ella y no tardé mucho en responderla -Claro que sí -sonreí de forma que enseñé mis pequeños dientes blancos como la leche, al poco reanudamos al paso y se acercó hasta nosotras un pequeño pajarillo sonreí hacia él y estiré mis pequeños brazitos para tocarlo.

Me dijo que si, dibujando una bella sonrisa en sus labios, no pude reprimir una sonrisa. Reanudamos el paseo, ahora si que estaba tranquila y feliz, aunque para hacerlo perfecto faltaba Edward. Así podría ver juntas a las dos razones de mi vida o existencia mas bien. Un pajarito que volaba cerca de allí, se acerco a Renesmee, con una gran sonrisa estiro sus brazos para poder tocarlo, la acerque despacio para que el animalito no se asustara. Funciono, nada mas acercarla, se poso encima de unos de sus brazos. La lleve hasta un prado cercano, todavía estaba jugando con el pajarillo. La deje en el suelo cuando llegamos en el prado. Me quede sentada al pie de un árbol, mirando como Renesmee se divertía con el pájaro. Mientras que otra parte de mi mente estaba atenta a cualquier sonido extraño de alrededor. Mi instinto me decía que debía de estar alerta mas de la cuenta.

Estaba muy feliz riendo todo el tiempo con aquella criaturira [el pajaro] era hermosa,, se sentía libre al volar, y al pensarlo me dieron ganas de hacerlo, pero como yo no era un pajaro me tenía que quedar en tierra. Mama me dejó en el suelo delicadamente mientras yo estaba totalmente distraida, cuando me aburrí de jugar andé hasta donde esta mi madre y me senté en sus piernas estaba más alerta que de costumbre, y no sabía a que se debia aquel estado, moví la cabeza en todas direciones y no ví naa en absuluto giré mi pequeña cara hasta ella y la incliné un poco a la derecha preguntandome porque ella estaba así.

Me sorprendió cuando dejo de jugar con el pájaro. Se sentó en mis piernas, miro en varias direcciones y después me miro a mi ladeando un poco la cabeza. Le sonreí para que no se preocupara.

-No pasa nada mi vida, es solo que tu madre es un poco paranoica últimamente- la abrace con cuidado. -¿Ya te aburristes del pajarito?, parecías muy contenta.

Enrede mis dedos en sus cabellos para intentar peinarla, tenia empezado en hacer una trenza, nada mas acabar de pensarlo mis manos ya estaban separando su pelo con las manos para empezar hacerle la trenza. Me gustaba peinarla, de alguna manera me sentía mas cerca a ella.

Mi madre entrelazó sus deoos en mi fino cabello color cobrizo al igual que el de mi padre, estaba haciendo una pequeña trenza y me reía cuando me separaba el pelo me sentía feliz, me sentía como si solo fuera una niña humana, normal, que mi madre me tuviera con ella me relajaba mucho y me sentía querida, aunque no se creo que se pasaban un poco al mimarme, aquel pensamiento me hizo sonreir, sabría que cuando fuera mayor tendria a mis padres encima todo el tiempo, pero ya sabía por que por que me quiern al igual que toda mi familia.

-Mama donde estan los abuelitos? -empezé a decir

Me quede un momento pensando en la respuesta.

-Tu abuelo esta trabajando y abuela estará de casa, cuando volvamos seguro que estará en casa-le sonreí.

La mayoría de las veces Carlisle y Esme cazaban juntos, eran inseparable. Me agradaban mucho como se querían, aunque algunas veces me siento como un estorbo en su mundo privado, cuando tienen esas miradas llenas de sentimientos. Mi mente iba de pensando en varias cosas a la vez mientras que mis manos se movían con precisión por el cabello de mi hija. Se reía cuando le separa el pelo para volver cruzarlo. Unos minutos mas tarde ya le había terminado la trenza. Le di la vuelta y me quede contemplándola, esta hermosa. Pero creía que faltada un pequeño detalle.

-Renesmee, quédate quieta aquí. No tardare. - Al ver como asentía, sonreí y me dirigí corriendo al centro del prado. Todo el suelo estaba cubiertas de flores de colores. Cogí una flor pequeña de color violeta. - Ya esta, ahora si- le dije mientras que enredaba de algún moda la pequeña flor en su pelo. Me gustaba como le quedaba el color.

Mama me puso una pequeña florecida en mi cabello, realmente era bonita, aunque era mas bien muy mona, me levanté y me fui hacia la mitad del prado y me tumbé encima de todas las flores, me gustaba ver las nubes parecian algodón de azucar además de sus diversas formas. De vez en cuando miraba a mama para ver lo que hacía no es que estuviera muy entretenida pero me gustaba este lugar.

Me dirigía a velocidad vampírica hacia la casa de los Cullen. Hacía meses que les debía una visita y pensé que era el momento idóneo para ello.
Después de varias horas de camino desde Denali, llegué a la frontera de Forks, infiltrándome por su bosque y correteando entre aquellos árboles de niebla permanente. Los aromas de los que vivían allí me indicaron que seguía el camino correcto.
Esbocé una sonrisa cuando imaginé el reencuentro con Edward, la verdadera razón de mi visita. Sin embargo, la borré en cuanto vislumbré en el prado a su mujercita, Bella, con su hija, Nessie.
Empecé a frenar la velocidad y a caminar despacio, a modo humano, mientras forzaba una sonrisa cordial.
- Cuanto tiempo, Bella y la pequeña Nessie.- saludé acercándome a ellas y extendiendo los brazos como si me sorprendiera su presencia allí.

Vi a lo lejos como se acerbada alguien. Fui corriendo hacia donde estaba Renesmee, me relaje nada mas ver a Tanya. Suspire cuando llamo a mi hija Nessie, a Jake no se le ocurría nada mejor que llamarla como el monstruo del lago Ness. Incluso Edward la llamaba así. No podía hacer nada, ya se les había pegado el mote a todos, al parecer a mi hija no le molestaba. Hacía bastante tiempo desde la ultima vez que algún miembro de la familia Denali nos hubiera visitado.

-Hola Tanya, si cuanto tiempo. ¿Como estas?

Espere un poco a que me contestara.

Me acerqué a ellas y me senté frente a Nessie para admirarla de cerca. La verdad es que cada día estaba más grande y mona. Adoraba a los niños, aunque fueran de Edward y Bella y no de él y míos. Suspiré disimuladamente y alcé la vista hacia Bella.
- Genial, vine a ver a Edward y a los demás, ¿como está todo?- concluí con una leve sonrisa amistosa, sin importarme en si había dicho el nombre de Edward antes que el de ningún otro Cullen. Al fin y al cabo, supuse que Bella no sabía nada de mis sentimientos hacia su marido.

Me incomodo un poco que nombrara a Edward antes que a todos, Edward me había dicho hace tiempo que Tanya había mostrado pequeño un interés hacía él. Pero lo deje pasar. Ya no me importaba tanto como antes, aunque siga poniéndome un poco celosa.

-Bien, la mayoría salió a cazar y nosotras hemos venido para dar una vuelta- Sonreí.- Carlisle esta trabajando - me encogí de hombros. - ¿Quieres estar un rato con nosotras, para dar tiempo a que todos vuelvan?

No sabia a que hora volverían, pero por lo menos aquí se pasaba un rato agradable.

Me encogí de hombros y asentí, pues no tenía nada mejor que hacer, y adoraba juguetear con la pequeña Nessie.
- Si no te incomodo, me encantaría.- le comenté con un deje divertido en mi voz, pues por su anterior reacción, una leve mueca casi impercebible, supe que le molestaba mi presencia, o bien que siguiera sintiendo algo por Edward.
Adoraba los ataques de celos...

Me quede mirando a Renesmee, parecía feliz. Sonreí involuntariamente.

-Claro que no- una sonrisa se dibujo en mis labios-. Ademas parece que Renesmee se divierte jugando contigo.

Me senté en el suelo cerca de ella. Me quede contemplando el cielo, para intentar contar el tiempo que había pasado, aunque resultaba un poco difícil. Enarque una ceja hacia las nubes, olía a agua, bueno, mas de la cuenta. Iba a llover dentro de un rato, los paisajes de Forks eran hermosos por ese motivo, pero algunas veces resultaba un poco aburrido, aunque me quedara contemplando las gotas. Mire hacia Tanya.

-¿Como esta tu familia?

Desvié los ojos del rostro de Nessie para mirar ahora a su madre. En realidad me caería genial si no estuviera con Edward...
- Genial, como siempre han estado.- sonreí amablemente.- Pero necesitaba unas vacaciones de ellos, créeme.. después de tantos siglos una se acaba cansando de sus hermanas.
Reí levemente y volví a mirar a la pequeña semi-humana, jugando ahora a robarle la nariz.

Extendí los brazos hacia Tanya me apetecia mucho jugar con aquella vampira, mientras mostrabas mis pequeños dientecitos en representación que me alegraba su presencia, me acerqué hasta ella y le puse la mano en el cuello [color=orange]-Me alegra que hayas venido[/color ]- le dije atraves de mi don, mama y Tanya no es que fueran las mejores amigas pero la vida era así...

Sonreí ampliamente cuando la manita de la pequeñaja me tocó, sintiendo sus pensamientos en mi mente. Sin dudarlo, la tomé en brazos y le hice cosquillas para verla reír de nuevo, pues el sonido de su risa era contagiosa y adoraba escucharla.
- Yo también me alegro de verte, Nessie.- coincidí, besando su mejilla efímeramente para luego abrazarla tiernamente.

Tanya era como una hermana mayor, yo era hija única y todos los mimos me los llevaba yo, la toqué de nuevo mostrando el lago que a estas alturas del otoño tendría ojas volando encima de él, una brisa se acercó a donde estabamos Mama Tanya y Yo, mientras se nos enredaba en nuestros cabellos, luego el dulce arona fresco de la naturaleza era relajante tambien podia oir el cantar de unos pajaritos no muy lejos de donde nos situabamos. Me salí de los brazos de tanya y me tumbé de nuevo en la hierba fresca.

Simplemente me quede quieta contempladolas. Parecían felices, y yo no iba hacer la que rompiera su burbuja. La verdad es que la única vez que he sentido tener hermanas era ahora, con Rosalie y Alice. Aunque trataba mas con Alice que con Rosalie, pero nuestra relación se suavizo desde que Renesmee nació. Renesmee bajo de los brazos de Tanya y se volvió acostarse sobre la hierba. Durante esos momentos todo quedo en silencio por nuestra parte, ya que el viento seguía sonando entre los arboles y los pájaros entonaban su propia melodía. Arranque una pequeña flor para distraerme.

-Renesmee... ¿Te estas divirtiendo?

Me acerqué hasta ella y me senté en sus duras fiernas marmoreas mi respuesta fue el contacto -Bastante pero preferiria un cuento o que papa me cantará la nana que compuso para mi -sonreí con brillo en mis pequeños ojos, una mirada que también era muy típica de Alice, la imitaba en casi todo me gustaba también mucho cuando mis tias me vestian y me diseñaban cada dia un conjunto nuevo, pero ahora estaba en medio del bosque con mama y Tanya.

Sonreí y dejé que se fuera con su mamá, pues era lo típico y lógico. Suspiré y me tumbé sobre el césped, junto a ellas.
- Te envidio, Bella.- musité, sin tener sentido alguno aquella declaración.
Luego sonreí y volví a suspirar.

Renesmee me lo dijo con su don, parecía que se lo estaba bien, pero obviamente falta Edward.

-Seguramente papá estará en casa cuando volvamos y te cantara la nana -la bese en la frente tiernamente.

Tanya se acerco a nosotras y se acostó a nuestro lado con un suspiro. La mire mientras jugaba con el pelo de mi hija. Me dijo que me tenia envidia, eso me sorprendió un poco. Le sonreí de forma dulce.

-No me la tengas, no vale la pena. Eso solo podría hacerte daño o algo por el estilo. Es lo que pienso. Pero tú... piensa lo que quieras.

Le sonreí de forma dulce, era la verdad. No valía la pena tener envidia de los demás. Seguí jugando con el mechón de cabello de Renesmee.

No me gustaba ni pizca cuando no me prestaba atención, inflé un poco mis mejillas y miré a mama, ella estaba hablando con Tanya,

Ahora era la pequeña de la casa y nunca me cansaba de que estuvieran todo el tiempo conmigo, en verdad me gustaba estar rodeada de gente. Pasado un poco de tiempo desinflé mis mofletes y me empecé a reir.

Giré la cabeza hacia Tanya y me preguntaba que es lo que se estaría pasando este momento por la cabeza.